Nuestra perspectiva.
Del
entusiasmo.
Los términos punto
de vista, perspectiva, mira y entusiasmo, mejor, conceptos, pues pertenecen al
personalismo de la razón vital, han sido desarrollados en obras diversas y
pueden consultarse de forma relativamente sencilla y accesible, así no van a
ser definidos o descritos nuevamente para evitar un texto demasiado amplio y
quizá complejo por las necesarias referencias que exigen su radical comprensión.
Como el entusiasmo
no es en la antropología una “simple emoción”, que nos llevaría a la
psicología, es posible responder a la cuestión anterior en los siguientes
términos:
1.- Hay
<quien> sólo acepta y se acepta <mirando> hacia lo <mejor>
(referencia: Julián Marías…). También algunos han aceptado una
<instalación> vital menos “exigente”, pactando una integración cómoda en la “situación” y moviéndose en lo “políticamente correcto”. Los
seres humanos somos diversos…
2.- La
<perspectiva> es la de la completitud para los primeros y la de la
“rentabilidad” circunstancial para los segundos. Los seres humanos son
íntegros, los primeros, o “listos” los segundos, es decir, diversos…
3.- Atreverse a
<mirar> lo que aparece en la realidad, en toda la realidad, incluso la
que exige una <mirada> o <miradas> exigente y comprometida,
caracteriza a los primeros. También hay otros “abstencionistas”, “agnósticos” o
“lábiles” y adaptadizos que no <miran> cuando el esfuerzo para
<mirar> y mantener la <mirada> conlleva un peligro relativo a su
comodidad y aceptación gregaria pero beneficiosa en el establecimiento vigente.
Los seres humanos somos responsables, los primeros, o cínicos y fulleros, los
segundos, es decir, diversos…
La civilización y
la educación (no instrucción, enseñanza, socialización…) está hoy, y desde la
marejada virulenta y amenazante moderna/posmoderna, posibilitada y fundamentada
en el número abrumador de adscritos y
vergonzantes abstencionistas de colaboración necesaria de los “segundos” antes
citados. La persona no forma parte de esta civilización, y no se educa (….)
para que estas puedan dar vida a <quien> son cada una de ellas.
Pero… siempre hay,
quedan, y si no los eliminan química y también socialmente, personas que
mediante su <mirada> entusiasta hacen de su vida, y de la que les rodean,
si las <circunstancias> (Ortega y Gasset…) lo permiten, un anhelo de lo
<mejor> (Julián Marías…).
Pero
hoy…siempre, hay que evitar un perverso
elitismo (en absoluto raciovitalista) que nos justifique falsamente de nuestra
abstención en una incursión activa, propositiva por la vida personal, no sólo
propia sino universal.
Una de estas
propuestas personalistas de la razón vital puede leerse (y…!!!) en el
libro Desde la vida propia que se enviará gratuitamente si
se solicita a la siguiente dirección:
Comentarios
Publicar un comentario