Bien, bien.
Posiciones.
Podemos
hoy considerar que sobre dos grandes, trascendentales, cuestiones, para todos y para cada uno, hay dos
posiciones que tienden a hacerse permanentes.
Nos ayudamos de dos textos de la misma obra de Miguel de Unamuno:
“La no resistencia al mal implica resistencia
al bien, y aun fuera de la defensiva, la ofensiva misma es lo más divino acaso
de lo humano. (…) Ha de ser nuestro mayor esfuerzo el de
hacernos insustituibles, el de hacer una verdad práctica el hecho teórico –si
es que esto de hecho teórico no envuelve una contradicción in adiecto- de que es cada uno de nosotros único e irreemplazable,
de que no pueda llenar otro el hueco que dejamos al morirnos”. Del sentimiento trágico de la vida, p.235 y 227-8.
Como
nos indica Unamuno, son dos <esfuerzos> tras dos decisiones biográficas
cruciales para <valorar> quien somos,
que <tipo> de persona somos, y que hemos y nos hemos hecho de nosotros.
Estamos
en la vida del lado del bien o cedemos al mal, y vivimos como quien somos (persona y vocación) o nos desvivimos anulando o aplazando sine die
lo que tenemos que hacer/vivir. Hay
así dos posiciones, dos puntos de vista, aquel desde el que se <vive
bien> con la verdad y la bondad y con la <propioedad>, es decir, desde
sí, y la otra que tratará de presentarse como la opción o la defensa de lo
razonable o pacificadora, quizá, y que es la negación de la vida.
La
vida como persona, en cada persona, si ha de ser, si se ha de vivir, ha de
considerar como norma el bien de todos los bienes: nuestra existencia es un
bien que hemos recibido y que ha de producir el mayor número de bienes
biográficos para sí y para todos desde una consistencia que somos como persona,
que somos nuestra persona.
¿La
<posición> de la ofensiva por el bien y la vida personal está en la
concepción del mundo más divulgada? ¿La educación, no la enseñanza
académica…incluye hoy para una parte considerable de la población esta
<posición>?
La
respuesta, con algunas excepciones, que incluso han de ser protegidas de la
publicidad, de la atmósfera pública y publicada, es que no. Sólo nos queda
comenzar más allá de la educación familiar, privada y discreta (por
<seguridad>) de esta posición, la constitución de realidad más amplia,
para que no sea esta realidad en las próximas generaciones un <lugar>
alienado, obnubilante, letal para las posibilidades de la vida humana personal.
Algunos docentes (educadores) estamos en disposición constructiva… pero ofensiva, como dijo Miguel de Unamuno, para comenzar a crear instituciones y <posibilidades> de una educación y una vida donde el bien y la persona tengan su <oportunidad>. Sí es una llamada a <quien/es> puede/n o tiene/n la capacidad (sic) de que ocurran, o dar la oportunidad de que ocurran, el bien y la vida personal, y piensen que, como nos dijo Miguel de Unamuno, después de su <abstención> habrá un hueco que nadie podrá cubrir.
Se
enviara sin gastos a quien solicite a la dirección de correo el libro Desde la
vida propia.
mensajerevista19@gmail.com
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