TEATRO.
Teatro.
Asistir como espectadores, ya previamente
<desesperados>, a lo que ocurre y nos ocurre como vivientes en este mundo
contrapersonalista en la actualidad, es inmoral. Y no nos justifica lo
arraigado de la <figura del desesperado> y su elaboración incluso
artística.
En el último número de la Revista Acontecimiento
es muy conveniente leer dos artículos, uno de José María Vegas (José María
Vegas es sacerdote claretiano, profesor del Instituto Teológico San Juan
Crisóstomo de San Petersburgo, nacido el 9 de mayo de 1955 en Jaca (Huesca) y
otro de Carlos Díaz, al cual huelga presentarlo.
Es interesante fijarnos en dos pequeños textos:
José María
Vegas: “Y, así como propugno tolerancia para los que piensan distinto de mí,
exijo esa misma tolerancia para los que defendemos la secular doctrina
cristiana sobre la familia, que ha sido uno de los pilares sobre los que se ha
levantado la civilización occidental, y cuya destrucción va a ser (está siendo)
una de las causas de su acelerada decadencia”. Revista Acontecimiento, p. 55,
núm. 141, Año XXXVIII, 2021/4.
Carlos Díaz: “Al así escribir ya sé que estoy
juzgado”. Revista Acontecimiento, p.59, Núm. 141, Año XXXVIII, 2021/4.
Los dos autores, no creo que puedan incluirse
entre los miembros del club inmoral de la propia protección sin límites, pues
su vida y su obra nos han permitido comprobar que “todos no somos iguales” de
adaptables a las exigencias de los poderes constituidos.
Sin embargo, seguir, in extremis, poniendo a la
<tolerancia> como mínimo común
para la convivencia con los que quieren terminar con la persona de todas las
personas es, cuando menos, un recurso desesperado antes de aceptar que estamos
en “pleno campo de batalla” o a las puertas del gulag. Además, aceptar que tener conciencia de que el <juicio> de
los contrapersonalistas es el <juicio final> o el único juicio que cuenta
o que he de tener como relevante a efectos prácticos, es mucha concesión a los
que producen la muerte civil y posiblemente legal, como el propio autor parece,
en forma amable sugerir, ¿o aceptar? de todos aquellos que no admitan la
nulificación de su condición personal.
Aceptar el papel que están diseñando ciertos
teóricos de ciertas universidades y muchos legisladores y “grandes”
funcionarios internacionales, para todos y cada uno en este teatro del mundo
contemporáneo, significa borrar la condición personal del ser humano. Y no se
puede y no se debe aceptar su propia conceptología
porque nos encerramos, nos autoguiamos, a cárcel del mundo que nos
anticipan, sin seres personales y con una trama distópica garantizada con la
seguridad e irreversibilidad del mundo digital.
******************************************************************************
Se enviará, sin coste alguno, el libro Desde la vida propia a quien lo
solicite individualmente o desde una institución al siguiente correo:
correorevista19@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario