¡A todos los resueltos!
Como no perder el tiempo.
Desde hace algún tiempo…se empieza a
poder leer u oír, por aquellos que no
parecen haberse dado cuenta de que se
les paso su tiempo, “que no tenemos
tiempo”.
Cuando se pudo leer, incluso aun con
muy difícil oportunidad también oír, mejor escuchar, a quienes, muy pocos, nos
decían que no había más posibilidad que “hacer lo que hay que hacer”, sin
esperar a <nadie>, la respuesta era que “no se estaba en/con los
<tiempos>”.
No necesitábamos que nos lo
recordaran, sin embargo, con un lenguaje novedoso en el siglo XX se dijo: “El
Dasein irresoluto pierde tiempo constantemente y por eso nunca lo tiene. El
Dasein resuelto nunca pierde tiempo y siempre lo tiene”. Edith
Stein, La filosofía existencial de Martin Heidegger.
¿Qué hacer con el tiempo que todavía
tenemos? La respuesta es la que dábamos cuando casi nadie nos quería o podía
escuchar: “hacer lo que hay que hacer”. Pero, alguno de los irresolutos que
ahora empiecen a leernos o escucharnos, como no puede ser de otra forma, seguro
que nos preguntaran, ¿sí, vale, pero, qué hay que hacer? Si nos hubieran
escuchado hace años…y por lo tanto hubieran conocido que todo comienza con
<quien> se es, con <quien> es cada persona, todo hubiera cursado de
muy otra forma, y no estaríamos con estos <pelos>, con esta falta
agobiante de <tiempo>.
La persona no comienza su vida desde una fecha posterior a ciertos
acontecimientos foráneos, lo hace desde el inicio de su constitución como tal
persona. Si cada <quien> hace siempre “lo que tiene que hacer” y con
<quienes> tiene que hacerlo, no hay que esperar a que las
<circunstancias> se conviertan en la condición de lo que “tengo –como
persona, siempre- que hacer”.
Hemos llegado a estas
<circunstancias> de un riesgo extremo para la persona como tal persona,
porque los irresolutos y otros que
han dirigido la tramoya en ciertas instituciones al servicio de la integración
en la cultura contrapersonalista han dejado morir su <tiempo> y el de
grandes masas de la población en general.
No estamos en su <tiempo>, ya no
lo tienen, y casi han logrado que también nosotros hayamos perdido la vida propia, porque no tendremos, no nos lo
van a permitir, nada de tiempo.
La concepción del personalismo de la
razón vital está <resuelta> a educar a todos aquellos que no quieran
perder su vida. Esto se está haciendo
desde <siempre>, sin embargo es la
hora-el tiempo para <salvar>,
como decía Ortega, nuestras circunstancias, y hoy el poco tiempo de que
aún disponemos para que la vida personal sea la forma de la vida actual, pero
sobre todo futura.
Ha sido, y aún lo sigue siendo, en su
mayor parte un problema, como se ha indicado más arriba, de <poder>. Sin
una concepción personalista actuante, una educación familiar e institucional
consciente de su trascendencia antropológica, y no sólo profesionalizante y de
integración social, y una presencia histórica (política, económica, cultural y
trascendental), no es posible, no se <puede> usar el tiempo de forma
<resolutiva>… no se puede leer
hoy este blog.
Este blog es un servicio. La revista
Viviras, también es un servicio. Etcétera.
¿Queda aún alguien <resuelto>?
No podrá decirse que no se
<intento>.
Pero basta ya de respuestas derrotistas, la
cita del texto de Edith Stein continúa indicando que todo se <hace> con
otros,
¿entonces?.......
¡Feliz Navidad!
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