Los peajes de la perspectiva.

Como se indicó en el <programa> que se presentó al inicio de la publicación de este blog, se van a describir fenómenos desde la perspectiva del autor o desde otras perspectivas que este considere interesantes para la progresiva satisfacción del objetivo que da origen y justifica este medio de comunicación.

En nuestra experiencia vital nos rodea un enorme conjunto de expresiones literarias o textos que han aparecido porque alguien capaz de producirlos materialmente (socialmente…) así lo ha decidido. Otros han decidido que no aparecieran, que no tengan existencia pública o social y así ninguna posibilidad de acceder a ellos, y también ninguna relevancia cultural. Hay factores propios de la <industria> del sector (márquetin, ideología, también modas…), sin embargo estos no son la <razón> de esta <diferencia>.

La perspectiva irresponsable que una parte de la población va constituyendo en su vida, se alimenta –es alimentada- por esta producción <interesada>. Porque hay dos perspectivas, la <propia>, aquella que no elijo y forma parte funcional de mi <vida>, y aquella que se va decantando con la irresponsabilidad de quien no estima pertinente jugar fuerte -ni “jugársela”- en su vida, y sobre todo en el campo de juego de los demás, de la sociedad, en la que está viviendo. La responsabilidad de lo que yo <veo> y después juzgo, y colaboro a existir para mí y para los demás no deriva sólo de poderosos deus ex maquina manipuladores, sino y muy fundamentalmente de quien decide no decidir.

Nos rodean siempre algunas de las más bajas pasiones humanas que en cada caso o contexto o momento histórico se justifican de formas diversas, a veces incluso con argumentos creativos. ¿Por qué se publican casi todos los productos literarios –no sólo literatura- o textos en las últimas décadas? La respuesta, que exigiría más espacio que el que por la naturaleza de este medio es razonable incluir, nos remite al <nepotismo>. Sí es cierto que hay excepciones, producto de un disfuncional desarrollo cotidiano del sistema vigente, pero es inocuo e indiferente a la propia dinámica del proceso común y general.

Estamos como personas ante la libertad de aceptar vivir desde nuestra <propia> perspectiva y afrontar el conflicto con el sistema nepotista vigente o rechazar el conflicto y de forma cínica y/o irresponsable asimilar práctica-estratégicamente la perspectiva social que el propio sistema nos invita a instaurar en nuestra percepción y consiguiente praxis en el mundo. ¿Qué hacer cuando entre la asimilación superficial o profunda de la perspectiva del sistema nepotista en nuestra vida y una vida personal heroica, hay una magnitud de esfuerzo y sufrimiento en muchas situaciones incalculable?

Lo que <ven>, porque miran voluntaria…o involuntariamente una parte muy considerable (es evidente que no pueden darse cifras porque la autoprotección ante la propia conciencia y la imagen pública es estratégica y muy importante para cada ser humano, y la sinceridad no puede suponerse en ninguna estrategia demoscópica) de la población que nos rodea, coincide con aquello que tiene relevancia nepótica para los grandes fautores de la imagen de la <realidad> que se transmite a través de editoriales y otros medios de <comunicación>. Esta es la realidad con la que hemos de contar para vivir en una sociedad como la actual
La perspectiva que va colonizando interesadamente o irresponsable-ingenuamente a la gran mayoría, no es una perspectiva legítima, ni para el particular que la usa y en la que se instala, porque no es suya y es espuria –no representa una parte de la realidad responsabilizable de una persona, la suya-, ni para los que tienen la capacidad de decidir en las diversas instituciones, empresas… porque son un mecanismo que visibiliza o niega a quien no interesa por razones nada <personales> y sí alienantes como la ideología, la econometría o la capacidad adaptativa a intereses o formulismos tiránicos.

La vida es agónica siempre y hay que lograr, hay que intentar, que aquellas perspectivas negadas, incluso sin el menor escándalo, aparezcan –por ejemplo aquí, esperemos que no sólo aquí, en este blog- pues la realidad en la que vamos a vivir y vivirán las siguientes generaciones no tendrá ningún parecido con la <propia> realidad que es la perspectiva legítima para cada persona y que haría una vida general posible para un ser humano <tal cual>, como persona…y una sociedad no alienada.

Así, y hasta que no se produzcan (sic) otros instrumentos de comunicación…, estos textos, sus análisis y su perspectiva han de ser y deben de ser convertidos en una llamada a la salvación de todas las perspectivas, de todas las personas…pues de eso se trata y no de literatura filosófica agonal.

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